Perfiles: Testimonios

Estela de Carlotto. Siendo profesora de primaria en la provincia de Buenos Aires (Argentina), su vida dio un vuelco con la desaparición en 1977 de su hija Laura. Desde entonces se convirtió en miembro de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, de la que es en la actualidad Presidenta, en un intento por buscar a su hija, así como a su nieto, que nació en cautiverio. Asimismo es Presidenta del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y ha escrito ampliamente sobre la cuestión de los niños “desaparecidos” de Argentina.

Emilia Cañadas. Es una veterana luchadora por la democracia y la libertad durante el franquismo y la Transición. Fue una de las impulsoras en 1979 del pequeño monumento a los guadalajareños muertos por la libertad y la democracia, instalado en el antiguo cementerio civil de la ciudad. Recientemente, ha sido nombrada presidenta de honor del Foro por la Memoria de Guadalajara. Cañadas es hija de Antonio Cañadas Ortego, alcalde democrático de Guadalajara al iniciarse la guerra, que fue fusilado en 1939.

Hilda Farfante. Fusilaron a su madre y tiraron a su padre por un barranco cuando ella tenía cinco años. Ambos eran maestros en escuelas públicas en Cangas de Narcea (Asturias), impulsores de programas educativos dentro de los planes de la II República. Fue separada de sus hermanas de 3 y 7 años, enviadas cada una con un familiar. Ha llevado una infatigable lucha a lo largo de su vida por reivindicar la labor pedagógica de la II República (ella es maestra también) y por la búsqueda de los restos de su madre, que yacen en una cuneta.

Carlota Leret. Hija de Virgilio Leret, el que pudo ser el primer fusilado de la Guerra Civil, y de Carlota O’Neil, periodista y escritora que redactó la primera crónica sobre la primera batalla de la guerra. Desde el año 2001, cuando tuvo acceso a varios expedientes, se dedica a investigar los acontecimientos políticos de esta etapa histórica. Actualmente, vive en Venezuela.

La Comuna. Un grupo de represaliados políticos del franquismo inició una reflexión sobre la necesidad de constituir una asociación que llenase el hueco que consideraban que existía dentro del movimiento por la memoria histórica. Ese hueco era el de los represaliados del franquismo tardío. Defienden su memoria de represaliados, su papel de víctimas de los crímenes que sufrieron en sus carnes. Entre otras cosas, luchan exigir la anulación legal de todas las condenas que dictaron contra ellos los tribunales franquistas por luchar por la democracia; por identificar y llevar ante la justicia a los responsables de aquellos crímenes y exigir su condena pública.

Saturnino Carrasco. Nacido en Herrera del Duque (Badajoz), fue enlace del grupo guerrillero que dirigían Chaquetalarga y Patato. Su militancia le costó siete años de prisión y campo de concentración, acusado de “auxilio a la rebelión”. Su madre también actuó de enlace con la guerrilla y también pasó varios años en la cárcel por ese motivo.